Pollos: Micoplasmosis del pollo

Entre todas las enfermedades respiratorias a las que son susceptibles los pollos y otras aves domésticas, destaca y se observa con mucha frecuencia la micoplasmosis. Se caracteriza por daños al sistema respiratorio y es una enfermedad infecciosa. La micoplasmosis puede ser aguda o crónica. La infección se produce de un pollo a otro a través del aire, a través del agua potable en un bebedero y por vía transovárica a las crías. Puede aparecer por estrés o por un descenso brusco de temperatura.

Los micoplasmas, que ingresan al cuerpo de un ave, afectan principalmente el tracto respiratorio, así como los órganos reproductivos y los tejidos inmunológicos. Las mascotas emplumadas infectadas reducen la productividad y se agotan gravemente. Los pollos son los más susceptibles a las infecciones. Tienen tos y secreción nasal, los polluelos comienzan a jadear, dejan de comer casi por completo y se agotan.

Para el tratamiento de pollos por micoplasmosis, se utilizan antibióticos: clortetraciclina, oxitetraciclina, estreptomicina, lincomicina, tiomicina y otros. Los dos primeros medicamentos mencionados se consideran los más eficaces en la lucha contra las infecciones. Se añaden a la alimentación de los pájaros durante cinco días. Además, a las mascotas emplumadas se les puede inyectar tipozina. Contribuye a la restauración de la producción de huevos en gallinas ponedoras. Es mejor que las gallinas se inyecten tiamulina.

Las medidas preventivas incluyen aislar a nuevos individuos para examinarlos y asegurarse de que no estén enfermos con nada. También debe controlar constantemente las condiciones de cría de pollos. El gallinero siempre debe mantenerse a temperatura, humedad e intercambio de aire normales para las mascotas emplumadas. Es mejor comprar pollos a vendedores prósperos y de confianza que vendan pollitos buenos y sanos.

Si se detecta micoplasmosis en pollos, se retiran inmediatamente del ganado, se engordan o se sacrifican inmediatamente y se eliminan, según el grado de infección. Los excrementos de aves de corral se someten a tratamiento biológico o se incineran. El gallinero donde se guardaban los enfermos se desinfecta y los animales sanos y emplumados se trasladan durante un tiempo a otra habitación equipada para un gallinero. El procesamiento se realiza con solución de formalina (2%) o solución de hidróxido de sodio (2%).

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